Jesús María Silveyra

domingo, enero 31, 2016

EL HOMBRE NUEVO


Cuando se descubrió la tarde,
el hombre nuevo ya había nacido,
porque lo parió su madre, de noche,
sobre una piedra lisa, junto al río.
Los iluminó una luna, llena de utopías
y el padre cortó el cordón
con una rama seca del viejo olivo.
Cuando se descubrió la tarde,
ya estaba en el aire su alarido,
porque la madre gritó cansada
y el niño lloró al advertir,
que los sueños de la luna
eran distintos a los suyos.
Se dio cuenta al mirar las manos
y descubrir la sangre atrapada
entre la rama y los dedos de su padre.
Se dio cuenta al escuchar los latidos
que mezclaban la luz de la luna
con el vientre dilatado de su madre.
El hombre nuevo lloró,
mojando la piedra lisa,
hasta que su padre
lo sumergió en el río,
y le dijo al oído:
"La noche es pasajera,
ya vendrá el sol trayéndote su día
con su propio afán,
y podrás descubrir
tu destino grabado
en el cenit del mediodía".